miércoles, 22 de abril de 2009

Los asesinos siempre apuran las luces.


Voy a diseccionar mis pensamientos como si fueran una de esas ranas de las clases de biología a las que nunca partí en dos, voy a clavarle alfileres a las vocales anestesiadas de vino peleón y tarta al whisky; y después, cuando tenga mucho coraje y pocas gónadas, veremos qué hacemos conmigo y con este carro de bailes y vaivenes. Cuidado que no sea demasiado tarde, lo digo porque me están llenando los pies de plomo y luego querré echar a correr...
No se qué procuro, pero ya sabes que mi cerebro no es un instrumento lógico plagado de cubos de rubik, mi cerebro es un órgano destinado a la supervivencia, como las garras y los colmillos. Por tanto no busco la verdad, busco la ventaja. La ventaja de latir aunque esté cargada con las bolsas de la compra de tus grandes almacenes de cuarta y quinta mano, la ventaja de las nostalgias de un futuro que ya no sé si es del todo mio, la facilidad para evadirme cuando me pregunto "qué puedes haber hecho conmigo que ya no me encuentro", la ventaja de no sentir el vacío cuando la tarde se va quedando sola o cuando me da por renegar de ti una y otra vez estés donde estés. Cuando no tienes nada que decir lo mejor no es callar, no nos equivoquemos, es gritar a los doce vientos (digo doce por cada uno de los meses que te vas callando cada año) y cuando nos quedamos sin luz por un apagón jamás perdemos las luces, la pupila se adapta hasta al corazón más deforme y titánico.

Sé de sobra que ahora no estas en estas palabras y que la luz nunca es la piel, o lo contrario ¿pero qué quieres que haga? Jode mucho dejarte marchar viendo que lo único que deseas es darte la vuelta.

3 comentarios:

  1. ¡NO desesperes!

    Sólo tienes que esperar unos minutos y ya empieza la siguiente pausa publicitaria.

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  2. Me has dejado sin palabras...y con mucho miedo. Ya sabes el temor descontrolado que le tengo a tus aciertos.
    Bú!

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  3. Que si jode, y tanto. Cuando ella se marchó yo ya sabía que no iba a regresar, tampoco ella quería darse la vuelta, tampoco yo esperaba que lo hiciera ¿Cuantas cosas más crees que podrían haber fallado? Por más que lo recuerdo siempre acabo sacándole punta...hay tantas cosas que no me cabrían en los bolsillos. Es por eso por lo que los asesinos siempre apuran las luces ¿verdad?
    Un beso, enorme.

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