Quizás el amor verdadero sea una decisión, la decisión de jugártela por alguien, de entregarte a alguien sin pensar si te va a corresponder, si te va a hacer daño o si es el amor de tu vida. Quizás el amor no es algo que te ocurre, quizás sea algo que tú escoges. Quizá no sea lo que todos nos empeñamos en esperar a toda costa, y por esperar bombones de filigrana fracasamos o cometemos errores enormes, pero aún así esto es mucho mejor que no haberlo intentado y salir siempre vivo de la partida. Y el dolor, el puto dolor, anestesiarlo, aguantarlo, ignorarlo... para algunos de nosotros la mejor manera de enfrentarse a él es seguir viviendo. El miedo a tomar una decisión siempre viene dado por... ¿Y si te equivocas y cometes un error sin solución? Deberíamos dejar las posibilidades de hoy bajo la alfombra del mañana hasta que no podamos más, hasta que comprendamos por fin que es mejor saber que preguntarse, que despertar es mejor que dormir, y que fracasar y cometer gazapos es mucho mejor que no haberlo intentado hasta dejarse las uñas.
A veces lo que esperas es peor si lo comparas con lo inesperado. La razón por la que nos aferramos a nuestras esperanzas es que lo que esperamos es lo que nos mantiene vivos, en pié, esperando. Esperar es sólo el comienzo, lo inesperado es lo que cambia nuestras vidas.
No puedo ser siempre la que va más allá, si doy más pasos desapareceré.
Un texto muy bueno.
ResponderEliminarY entonces,si corres...¿de qué tiene miedo la chica de los ojos verdes? (si, he sido malintencionado, pero ya sabes por dónde voy...) Que tú casi nunca corres en valde, y si lo haces es porque algo te aprieta muy mucho...
ResponderEliminar¿Me equivoco?
Un enorme abrazo, ya sabes cuánto.
¡¡Oye!!
ResponderEliminar¡¡Dame más!!
¡¡Que estoy de vacaciones!!
Hace tiempo que veo el amor y corro en sentido contrario...
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