viernes, 8 de mayo de 2009

Dualidad.


Tú no me entiendes porque eres demasiado joven.
Yo no lo concibo porque ,textualmente, “no he vivido tanto como tú”.
Tú no puedes ponerte en mi lugar porque te falta experiencia.
Yo no puedo hacerme escuchar porque has perdido audición.
Tú eres demasiado inocente y aún hueles a recreo.
Tú estás podrido por dentro y de nada te sirve el Channel Egoiste Platinum.
Tú te crees que hablando se llega lejos.
Yo me echo las manos al cuello cuando crees no tener nada que decir.
Tú eres un batiburrillo de demasiada personalidad.
Yo no me conformo con ser esa chica Marie Claire de tus portadas.
Tú no tienes ni idea de lo que vende y triunfa a día de hoy.
Yo no vendo, solo compro o intercambio.
Tú no sabes de negocios y apuestas al por mayor.
Yo solo sé que te arrepentirás de tu escrupulosidad y tus apuestas de casino.
Tú no tienes ni idea y te vas a llevar muchos palos.
Y tú no sabes vivir porque estás lleno de hostias mal curadas.

Ahora creo que está demás deducir quién saldrá ganando de este intercambio de impresiones. Puedes quedarte dormido con tu cigarrillo encendido, con suerte lo máximo que arderá entre las paredes de tu habitación serán las cortinas por culpa de alguna colilla mal apagada; Yo prefiero darme de frente con un montón de puertas más y que cuando el incendio suceda no me pille dentro. Puedes sentirte molesto por mi falta de compasión, pero me has destilado las ganas de ayudarte por dentro y lo único que me quedan son un par de frases pisotón y pellizcos de monja. ¿Y qué si pierdo? ¿Y qué si gano? ¿Acaso vas a enseñarme Tú a saber llevar cualquiera de las dos situaciones?
No te atrevas ,no, porque hoy estoy tan enfadada contigo que ni la mejor de tus caladas de Padre van a sacarte de este pozo de mierda.

4 comentarios:

  1. Esto me recuerda a mucho Papá y mucho Carlos, y no se si sonreir o echarme a llorar...pero es que esto contigo me pasa tantas veces...

    ResponderEliminar
  2. Considero que de entre algunas de las gracias de vivir, la dualidad es, sin duda, de las más divertidas. Salvo excepciones, como siempre...

    Gracias-

    ResponderEliminar
  3. Sin la dualidad cuan aburrida seria la vida. Querer sin querer, incluso esto tiene su lectura. Quere sin intentarlo o más bien hacer como si quieres. No se cual de las dos es más real

    ResponderEliminar
  4. ¿No nos enfrentamos siempre a la dualidad? Quiero decir, siempre somos nosotros frente a alguien, alguien que obviamente no será como nosotros y que por tanto será la otra cara de la conversación, la riña, la disputa...
    Ah pero espera, esta dualidad de la que hablas está envenenada ¿por la edad? ¿la experiencia? ¿la falta de ganas? ¿el aburrimiento? ¿la muerte prematura?
    Ayyy como extrañaba yo estos filosofeoooos.
    Anita Donegal.

    ResponderEliminar